Valero Rivera, que cumplirá 60 años el próximo mes, afronta hoy el partido más importante de su carrera deportiva desde que asumió ser seleccionador de balonmano. Es un desafío suyo. Exclusivo. Lo ha buscado él porque quería. No tenía necesidad de estar ahí sufriendo otra vez por los colores de España. Y tampoco estaba urgido, porque en este deporte él lo ha ganado casi todo. Le falta esa guinda, la más difícil, pero a la que está declarándole su amor, besando su puerta, abrazando su trofeo. Y todo eso le llega en un escenario incomparable, en una de las joyas de la corona de los Juegos Olímpicos de Barcelona’92, y en el notable momento de efervescencia catalanista que vive este país. En el Palau Sant Jordi, hoy, él estará dirigiendo a una selección cuyo grito de apoyo es “España, España”. Todo eso, en el Palau San Jordi. Pierda o gane, Valero vivirá ese instante inolvidable para cualquier deportista. Estar ahí, en una final de un Mundial, besando un título especial, viviendo un partido único; todo eso no tiene precio. Es un título. Un cetro mundial.
Valero ha sido de los mejores entrenadores que ha tenido el balonmano español, un special one que diría Mourinho. Lo ganó todo con un Barça que no tenía publicidad en sus camisetas y en el que ningún jugador estaba bajo sospecha, como sucede hoy en día, y no por los presentes sino por uno de sus estandartes, como es el caso de Iñaki Urdangarin. Valero ha luchado por estar ahí. Ha sido criticado por haber elegido jugadores que pertenecen a su grupo de representados. Por tener a su hijo entre los predilectos. Ha “tragado mucha mierda”, que dicen los catalanes y comenta el propio seleccionador. Demasiada porquería, que es como él prefiere que uno interprete todas las críticas que ha recibido. Pese a todo, hoy es un entrenador feliz. Como no tenía que ser de otra manera. Está ahí, en la final, el partido que sólo puede ganar uno. Está ahí, gozando de un momento único. A punto de ser el segundo técnico español que alcanza la gloria en un deporte que suele ser más destacado cuando acude a los Juegos Olímpicos, como la natación sincronizada, o el taekwondo, o el piragüismo, o la vela.
Dos horas más tarde de este acontecimiento, al que ya han anunciado su presencia tanto la Casa Real, con el príncipe Felipe, como la Generalitat, con el conseller Francesc Homs, el Barça recibe al Osasuna en la Liga BBVA. Un partido menor, sobre todo si se tiene en cuenta que el equipo azulgrana lleva ocho puntos al segundo clasificado (Atlético de Madrid) y quince al tercero (Real Madrid), y que el próximo miércoles afronta ante su máximo rival el partido de ida de las semifinales de la Copa del Rey. Dicho todo esto, el aliciente complementario del encuentro del Camp Nou no es otro que ver la reacción del público ante el primer encuentro que Víctor Valdés (VV) juega en su campo después de anunciar su decisión de no renovar su contrato en junio del 2014. Casi todos sus compañeros y su entrenador, y el segundo técnico, y el director deportivo, y la directiva, e incluso la gran mayoría de los opinadores sostienen que el Camp Nou hoy tiene que apoyar a VV, pese a que ni el portero ni nadie de su entorno ha explicado las causas de su marcha. Este es el hecho que también otros exjugadores del Barça, exporteros como Sadurní, Mora, Reina, Bonano, destacan en estas mismas páginas, como el elemento que falta para acabar de comprender que un portero como Valdés quiera marcharse de un equipo que paga religiosamente cada fin de mes, que paga bien y que, además, gana títulos.
Siempre cambia la estrategia comercial deportiva, la posición de los equipos deportivos y las marcas también cambian. Esta es principalmente la razón por la que los equipos y los jugadores ahora cambian constantemente sus logotipos y uniformes. El posicionamiento es una estrategia empresarial utilizada en el deporte. Se trata de cómo una marca o equipo es percibido por el mercado. El posicionamiento se ha convertido en una gran parte de la industria del deporte. Los equipos deportivos y las marcas deben centrarse en su posicionamiento para tener éxito en sus mercados. Un ejemplo rápido de esto. 1. ¿Cuál es la posición de su empresa o marca? Tienda de deportes de Perú es una empresa proveedora de equipamiento deportivo en Lima. 2. ¿Cuál es el nivel de importancia que tiene el posicionamiento en su empresa o marca? El posicionamiento es importante para Tiendas de deportes de Perú porque determinará dónde encajan en el mercado y qué piensan los consumidores de su producto. ¿Por qué import
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